Las TIC han revolucionado la forma en que se efectúa  la comunicación de las publicaciones científicas: los formatos en que se realizan, la manera de gestionarlas, de acceder a ellas, el costo de su reproducción, la velocidad en la transmisión, etc. Frente a esto, se ha hecho cada vez más visible la inefectividad del  modelo tradicional de difundir los resultados de las investigaciones científicas a través de editoriales académicas y el pago de sus suscripciones.

Los estrictos regímenes de propiedad intelectual existentes restringen la copia y mantienen altos los precios de libros y revistas imprescindibles. Debido a esto ni las mayores  bibliotecas de los países desarrollados cuentan con fondos suficientes para costear la suscripción a todas las publicaciones que se realizan en el mundo. La situación se ha hecho más grave aún a causa de las limitaciones creadas en algunos países que han establecido en sus leyes el pago por concepto de préstamo bibliotecario, norma que contradice la esencia misma de estas instituciones, concebidas con el noble  objetivo de difundir la ciencia y la cultura. El entorno se hace más asfixiante en pequeñas  ciudades o pueblos -donde no existen bibliotecas ni hemerotecas públicas o se le asignan a estas pocos recursos- y en general, por razones obvias, en los países pobres.

Las múltiples trabas impuestas por las editoriales - que responden al interés de conservar sus beneficios económicos- alejan el resultado investigativo de la vida académica, reducen la diversidad de enfoques y puntos de vista que pueden enriquecer la tarea creadora, duplican innecesariamente los esfuerzos y gastos de investigación, limitan las citas y referencias a las publicaciones por parte de otros investigadores, afectan el reconocimiento en el ámbito especializado, y frenan  sensiblemente  el adelanto de la ciencia. El hecho en apariencia paradójico es que, bajo este sistema, los autores terminan siendo también perjudicados.

La circulación rápida de los resultados científicos es vital para la continuidad de las investigaciones e influye de manera decisiva en el desarrollo tecnológico, socioeconómico y  cultural de los pueblos. De ahí que sea necesaria la aplicación de políticas públicas para defender el derecho al conocimiento frente a los intereses del capital. Las leyes del mercado en materias tan sensibles  nunca  traerán consigo espontáneamente la aplicación de principios como la complementariedad y el acceso para todos los ciudadanos a los resultados de la labor investigativa. 

El acceso abierto es  un concepto, un movimiento y un modelo de organización cuyo objetivo es proporcionar libre acceso y          re-uso del conocimiento científico presentado en forma de artículos de investigación, monografías, datos  y otros materiales relacionados[1]. Esto implica acceder de forma inmediata, sin requerimientos de registro, suscripción o pago -es decir sin restricciones- a  estos materiales  educativos, académicos, científicos o de cualquier otro tipo, principalmente los científicos, contenidos en revistas especializadas y arbitradas mediante el sistema de revisión por pares o peer review.

El acceso abierto cambia los modelos seguidos por las publicaciones impresas y asume un modelo de financiamiento  que no recae sobre los lectores o bibliotecas, principio que lo ha colocado en el centro del  interés  de estas instituciones y de sus organizaciones como por  ejemplo, la Federación Internacional de Asociaciones  e Instituciones Bibliotecarias  (IFLA) y la UNESCO.

La UNESCO apoya  este movimiento particularmente en lo relacionado con la información científica (artículos de publicaciones periódicas, ponencias y conjuntos de datos de varios tipos) y en particular para el caso de las investigaciones financiadas con fondos de los Estados. Sobre esto ya se  habían  manifestado los representantes de la Sociedad Civil en la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información, en Ginebra, en 2003, cuando denunciaron la apropiación privada de recursos públicos mediante la inclusión de barreras de acceso –legales y económicas- a resultados de proyectos investigativos promovidos desde universidades y otros centros subvencionados por el Estado. Hay países como Argentina con leyes de acceso abierto que promueven la implementación y uso de los repositorios para las instituciones financiadas  con fondos públicos. Otros países tienen también proyectos de este tipo en discusión.

El acceso abierto se reconoció por primera vez en la Iniciativa Budapest para el acceso abierto (2002); luego en la  Declaración de Bethesda sobre publicación de acceso abierto (2003) y la Declaración de Berlín sobre acceso abierto (2003).

El acceso abierto responde a  una lógica nacida de las opciones ilimitadas que brindan las TIC. Anteriormente,  la escasez de información (derivada del costo de la reproducción física de textos)  obligaban a los usuarios a depender de las suscripciones y a sufrir sus altos precios.  Hoy, debido a la velocidad de la comunicación y el valor irrisorio de la reproducción digital, existe una enorme cantidad de contenidos en circulación que crece exponencialmente, y lo escaso es el tiempo y la oportunidad del usuario de llegar al mismo. Es por ello que defender el esquema tradicional de acceso basado en la prohibición de copias – con el objetivo de crear una escasez artificial de contenidos-  resulta contraproducente con el propio objetivo de la investigación científica.

En el modelo de acceso abierto es significativo el papel de los repositorios como medios para almacenar y mantener la información, ya sea como base de datos o  archivos informáticos. Los repositorios institucionales, ya sean de universidades o centros investigativos, proyectos nacionales, regionales o internacionales, se han convertido en una de las principales formas para publicar, preservar y difundir el conocimiento científico en el ámbito digital. Pero el exceso de información puede ser tan dañino como su carencia, y es por eso que se  hace también imprescindible una eficiente gestión de contenidos.

Urge que investigadores, responsables de la elaboración de políticas, gestores de conocimiento,  profesionales de los medios de comunicación, profesores y estudiantes conozcan el movimiento de acceso abierto y sus posibilidades, así como las iniciativas locales, regionales e internacionales que se han desarrollado en este sentido.

Existen repositorios de software, institucionales o temáticos. No todos son abiertos, y los hay abiertos que incluyen remisiones a  publicaciones no abiertas. Los abiertos usan software y estándares libres que garantizan la identificación, accesibilidad y fácil descarga de sus contenidos. Los autores o titulares de los derechos de propiedad intelectual al incluir sus contribuciones en  una publicación o repositorio abiertos deben otorgar a los usuarios  el derecho de acceso y la posibilidad de copiar, usar, transmitir y exhibir los mismos, así como hacer y distribuir trabajos derivados. Para ello utilizan las diferentes variantes que otorgan las Licencias Creative Commons.[2]

Cuba no ha sido ajena a los esfuerzos por el acceso abierto. Podemos afirmar sin temor a equivocarnos que ha sido pionera en este movimiento. Mucho antes que en el resto del mundo se hablara de alternativas a los regímenes restrictivos de propiedad intelectual (que incluye el régimen de patentes y también el de derechos de autor, entre otros)  la Revolución Cubana asumió que más importante que el ejercicio de estos derechos individuales era los intereses del desarrollo más amplio del conocimiento, la ciencia y la cultura y así quedó plasmada esta prioridad en la primera Ley de derecho de autor cubana del año 1977[3].

Años más tarde, con el advenimiento y desarrollo de las TIC el Estado cubano supo también poner estos avances al servicio de todos. En fecha tan temprana como 1993 se funda la Editorial de Ciencias Médicas ACIMED y cuando aún no se hablaba de acceso abierto en el mundo, esta editorial asumió, junto a la cláusula tradicional de “todos los derechos reservados“, la de: "Se permite la reproducción total o parcial de los trabajos publicados, siempre que se cite su fuente", fundando así la primera publicación de su tipo con acceso abierto en el mundo.

Esta política de distribución libre y gratuita y pese a las inmensas dificultades económicas de esos años, se extendió a partir de 1994, a más de 30 revistas científicas de diferentes especialidades médicas, disponibles para la comunidad científica nacional e internacional, número que ha crecido hoy considerablemente. Cuba participa entre otros proyectos, de la red SciELO, un proyecto regional desarrollado en nuestro país por INFOMED en colaboración con el Centro Latinoamericano y del Caribe de Información en Ciencias de la Salud de Brasil (BIREME) cuyo propósito es conformar una biblioteca virtual que posibilite la diseminación de las publicaciones científicas en todas las áreas de las ciencias.

Este año 2015, del  19 al 25 de octubre se celebrará en todo el mundo la Semana de Acceso Abierto con el lema“Abierto para la colaboración”. Bajo el mismo se intentará destacar la importancia de la colaboración en la investigación científica, algo que si bien es cierto que en nuestro país constituye un principio irrenunciable y cuyo cumplimiento nos ha permitido alcanzar los logros que hoy ostenta la ciencia cubana,  es un concepto ajeno para la gran mayoría de los países del mundo. Esta semana se propone además como objetivo establecer nexos entre el movimiento de Acceso Abierto y otros como Datos Abiertos  y Educación Abierta, con el fin de promover objetivos comunes.

No debemos dejar pasar esta fecha en Cuba sin reconocer la importancia de reflexionar sobre estos temas. Teniendo como escenario las transformaciones socio-económicas que se estén realizando en nuestro país para mejorar la eficiencia y el funcionamiento de nuestras instituciones y de la sociedad en general, debe ser objetivo ineludible  seguir garantizando- tanto económica como legalmente- el desarrollo pleno de la ciencia, basada en los principios de la colaboración, la promoción de modelos abiertos  y la garantía absoluta de que los resultados de la investigación científica de nuestras universidades y centros de investigación seguirán estando al alcance de todos. El principio de que el ejercicio de ningún derecho individual podrá afectar la más amplia difusión de la ciencia, la técnica, la educación y la cultura necesaria al país,  continúa siendo uno de los más preciados para el logro de esa sociedad próspera, sostenible y justa que estamos construyendo.

Otros sitios de interés:

Directorio de Revistas de Acceso Abierto (DOAJ)   https://doaj.org/

Registry of Open Access Repositories http://roar.eprints.org/

SciELO (Scientific Electronic Library Online o Biblioteca Científica Electrónica en Línea)http://www.scielo.org/php/index.php

Declaración de la Federación Internacional de Asociaciones  e Instituciones Bibliotecarias sobre el acceso abierto- Definición de suposición y política http://www.ifla.org/files/assets/hq/news/documents/ifla-statement-on-open-access-es.pdf

PLOS (Public Library of Science)https://www.plos.org/about/UNESCO y el libre acceso a la información científicahttp://www.unesco.org/new/es/communication-and-information/access-to-knowledge/open-access-to-scientific-information/

Semana Internacional de Acceso Abierto http://www.openaccessweek.org/

Mapa sobre publicaciones de Acceso Abierto    http://maps.repository66.org/

Cuba:

SciELO-Cuba es una biblioteca electrónica que incluye una colección seleccionada de revistas científicas cubanas en todas las áreas del conocimiento.  http://scielo.sld.cu/scielo.php

Revistas Científicas Cubanas Certificadas por el CITMAhttp://www.ecured.cu/index.php/Anexo:Revistas_Cient%C3%ADficas_Cubanas_Certificadas_por_el_CITMA

Revistas médicas cubanas http://bvscuba.sld.cu/revistas-medicas-cubanas/

Repositorio de Tesis de Doctorado en Ciencias Biomédicas y de la Salud y de otras ramas afineshttp://tesis.repo.sld.cu/